¿Cómo explicarle a los niños la Trinidad de Dios?
Mirando la Santísima Trinidad, vemos que Dios es amor: el Padre ama al Hijo, que ama al Padre, y de este amor emana el Espíritu Santo. Para ayudar a los niños a entrar en el misterio de la Santísima Trinidad, no basta con decirles que hay un solo Dios en tres personas.
¿Cómo se puede explicar la Trinidad de Dios?
La Trinidad es el dogma central sobre la naturaleza de Dios en la mayoría de las iglesias cristianas. Esta creencia afirma que Dios es un ser único que existe como tres personas distintas o hipóstasis: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¿Cómo explicar a los niños el misterio de la Santísima Trinidad?
Para ello necesitamos una jarra llena de agua (el equivalente a tres vasos) y tres vasos vacíos. Les explicamos a los niños que la jarra llena de agua representa a Dios y que al separarlos en tres partes IGUALES tendremos a las tres Personas de la Santísima Trinidad: al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
¿Cómo se explica la doctrina de la Trinidad?
Las iglesias evangélicas definen que dentro de la unidad de Dios existen tres distintas personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los tres comparten los mismos atributos y la misma naturaleza; por lo tanto, estos tres constituyen el único Dios.
¿Cómo se puede explicar la Santísima Trinidad?
La Santísima Trinidad es el dogma fundamental del cristianismo. Consiste en la creencia de que Dios es uno y trino, es decir, es una unidad conformada por tres personas divinas relacionadas entre sí: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¿Qué función cumple cada una de las personas de la Santísima Trinidad?
La Santísima Trinidad es la presencia total de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son las tres personas divinas que conforman el Dios Único y Verdadero. La función del padre es crear , la función del Hijo es salvar y la del Espíritu Santo es guiar .
¿Dónde se habla de la Trinidad en la Biblia?
En la Biblia no existe la palabra Trinidad, y tampoco se encuentra ningún texto canónico que diga que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son un solo Dios.
¿Cómo se representa la Trinidad?
El Padre se representa como un anciano, frecuentemente con nimbo triangular, con un cetro, una esfera o ambos elementos en las manos, y sentado en un trono; a su derecha, el Hijo, también entronizado, acompañado de los símbolos de la Pasión; y entre ellos la paloma que representa al Espíritu Santo.
¿Qué es la Santisima Trinidad para primaria?
¿Qué dice San Agustín sobre el misterio de la Santisima Trinidad?
Creamos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo ser un solo Dios, creador y rector de todas las creaturas; que el Padre no es el Hijo, ni el Espírtu Santo es el Padre o el Hijo; que son la Trinidad de personas en relaciones mutuas, y una única e igual esencia (38).
¿Cuál es la función de Jesús en la Trinidad?
¿Cuál es el símbolo de la Santísima Trinidad?
La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo; cada uno de los vértices representa a las tres personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¿Cómo ayudar a los niños a entrar en la Santísima Trinidad?
Para ayudar a los niños a entrar en el misterio de la Santísima Trinidad, no basta con decirles que hay un solo Dios en tres personas. Hay que añadir: tres Personas que se aman.
¿Cómo aprender que la Santísima Trinidad está compuesta por tres personas?
Aprender que la Santísima Trinidad está compuesta por Tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Aprender que Dios es uno y trino. Fijar este conocimiento. Comenzar la catequesis haciendo la Señal de la Cruz e invitar a los niños a que también la hagan:
¿Cómo podemos contemplar la Santísima Trinidad?
A través de la fe, podemos entrever la Santísima Trinidad y contemplarla esperando el día en que la veamos cara a cara. Mirando la Santísima Trinidad, vemos que Dios es amor: el Padre ama al Hijo, que ama al Padre, y de este amor emana el Espíritu Santo.
¿Qué es el misterio de la Santísima Trinidad?
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la «jerarquía de las verdades de fe» (DCG 43).