Que importancia tiene conocer a fondo a Jesucristo?

¿Qué importancia tiene conocer a fondo a Jesucristo?

Jesús es importante para nosotros porque mediante Su expiación, Sus enseñanzas, Su esperanza, Su paz y Su ejemplo, Él nos ayuda a cambiar nuestra vida, a afrontar las pruebas y a seguir adelante con fe en nuestro camino de regreso a Él y a Su Padre.

¿Cuál es el significado de compartir la mesa?

La comensalidad es en pocas palabras , el hecho de comer juntos. Por su raíz etimológica, Co = significa compartir, Mensa= significa mesa. Literalmente, compartir la misma mesa. El hecho de comer juntos trasciende más allá de lo que comemos.

¿Cuál es la relación de Jesús con los pecadores?

Algunos ejemplos concretos de esta relación especial de Jesús con los pecadores, podemos verla con claridad, en las historias de Mateo (Mateo 9, 9-12), Zaqueo (Lucas 19, 1 -10), la pecadora que lavó sus pies en casa de un fariseo (Lucas 7, 36 ss), la mujer adúltera (Juan 8, 1-11), el buen ladrón (Lucas 23, 39-43), entre otras muchas.

¿Por qué Jesús nació sin pecado?

Aunque Jesús es plenamente humano, Él no nació con la misma naturaleza pecaminosa con la que todos hemos nacido. Él ciertamente fue tentado de la misma manera que lo somos nosotros, y esas tentaciones le fueron presentadas por Satanás, sin embargo, permaneció sin pecado, porque Dios es incapaz de pecar.

¿Por qué Jesús puede perdonar los pecados del hombre?

En efecto, Jesús puede perdonar los pecados del hombre basándose en el sacrificio que hará al dar su vida. Entonces, les muestra a todos, incluidos los que lo critican, que tiene autoridad para perdonar pecados en la Tierra. Se vuelve hacia el paralítico y le ordena: “Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”.

¿Qué es el poder de Jesús sobre los pecados en la Tierra?

3. Hay que notar también la puntualización de Jesús sobre su poder de perdonar los pecados en la tierra: es un poder, que Él ejerce ya en su vida histórica, mientras se mueve como “Hijo del hombre” por los pueblos y calles de Palestina, y no sólo a la hora del juicio escatológico, después de la glorificación de su humanidad.